Queridos voluntarios de la Orden de Malta,
Quisiera expresar mi agradecimiento y el del Consejo Soberano a todos los miembros, voluntarios, médicos y paramédicos de la Orden, que bajo nuestra bandera de la cruz blanca octogonal han llevado solidaridad y consuelo también con el más sencillo de los gestos: una mano tendida.
En los ojos de los presentes observo la dedicación y el amor con los que miles de miembros y voluntarios de nuestros Grandes Prioratos, Asociaciones nacionales, delegaciones y cuerpos de ayuda de la Orden de Malta en el mundo, han llevado ayuda y asistencia a enfermos, sus familias, ancianos que viven solos, pobres y personas marginadas.