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Campamento para discapacitados en Chabrouh, Líbano

Campamento para discapacitados en Chabrouh, Líbano
03/06/2019

Desde hace más de veinte años, los campamentos de Chabrouh, en Líbano, son un ejemplo de la milenaria misión de la Orden de Malta: llegar a los necesitados y a los marginados. Situado a sesenta kilómetros al noreste de Beirut, el centro gestionado por la Asociación libanesa de la Orden de Malta acoge durante todo el año campamentos para los discapacitados mentales y físicos graves.

El campamento es el único centro en Oriente Medio plenamente equipado para recibir a discapacitados graves, y su capacidad no deja de aumentar: acoge en la actualidad a 600 huéspedes y 900 voluntarios al año. Pero se espera que esta cifra aumente aún más tras la inauguración de un nuevo centro en la cercana Kfardebian, que en 2018 acogió a 50 huéspedes y 61 voluntarios en dos campamentos gestionados por jóvenes voluntarios españoles, y dos por suizos.

Para este año se ha previsto un total de 36 campamentos, cada uno de una semana de duración, que reunirán a doce delegaciones de la Orden de Malta con voluntarios de más de 20 nacionalidades.

Sin embargo, este volumen en aumento solo cubre una pequeña parte de la demanda de residencias y centros psiquiátricos en Líbano, donde las enfermedades físicas y mentales están muy estigmatizadas y los enfermos reciben cuidados de calidad deficiente. La Asociación libanesa ha previsto ampliar las instalaciones, facilitar el acceso a los huéspedes a estos campamentos y aumentar la capacidad, para poder llegar a los 1.500 huéspedes anuales, con lo cual se llegaría a cubrir el 25% de la demanda total.

Misión de los campamentos

El objetivo de los campamentos es promover la cohabitación y la solidaridad, reuniendo a voluntarios de todo el mundo para atender a los discapacitados físicos y mentales, desde niños de 6 años hasta adultos de más de 70, de todas las creencias religiosas.
Los voluntarios, de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, reciben formación práctica y se inspiran en los valores clave de la Orden: compasión y respeto por la dignidad humana. Viven una experiencia extraordinaria, que enriquece sus corazones y cambia sus vidas para siempre, una experiencia de solidaridad y amistad que muchos voluntarios eligen repetir una y otra vez. Chabrouh es un lugar donde los jóvenes de la Orden viven juntos, presencian y ponen en práctica su misión de tuitio fidei y obsequium pauperum.

Organización de los campamentos

Cada delegación de la Orden de Malta se encarga de la organización y la gestión de los campamentos de Chabrouh, a lo largo del año. A medida que se difunde el mensaje, el número de delegaciones sigue aumentando: además de los libaneses, acuden delegaciones de Austria, República Checa, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Palestina, España, Suiza y Reino Unido.

Los voluntarios pasan seis días completos con sus huéspedes en los campamentos, ofreciéndoles asistencia, cuidados y la tan preciada relación directa de la que muchos de ellos, que sufren parálisis cerebral, síndrome de Down, autismo o epilepsia, carecen en sus vidas diarias. El primer día, a cada voluntario se le asigna un huésped, que estará bajo su responsabilidad durante todo el campamento, incluidos la atención sanitaria e higiénica, la alimentación y el ocio.
Se organizan toda una serie de actividades para cada día, como paseos, juegos, canto, hogueras, momentos de oración, obras de teatro, excursiones a la playa en verano y a la nieve en invierno.
Un comité de protección y seguridad supervisa continuamente la situación y es responsable de la seguridad de los voluntarios en todo momento.

Además de los campamentos tradicionales, la organización de jóvenes de la Asociación libanesa organiza cada año campamentos especiales para niños pequeños con discapacidad, uno de los cuales se ha organizado por tercer año consecutivo en Chabrouh. También existen campamentos para «veteranos», gestionado por los voluntarios que lanzaron el proyecto hace veinte años.

Patrick Jabre, coordinador del campamento de Chabrouh, afirma: «Son los jóvenes voluntarios que vienen a Chabrouh los que más impresionados quedan con la experiencia. Cuando entran por primera vez, no saben muy bien qué les va a deparar el campamento, pero al final, los voluntarios y los huéspedes tienen el mismo aspecto. Ninguno se diferencia por la ropa que lleva, o la pinta que tienen, sino por las acciones que han llevado a cabo y la ética de asistencia a través de la cual se relacionan los unos con los otros.»

En los últimos veinte años, gracias a la experiencia de miles de voluntarios de más de veinte países, Chabrouh ha atesorado una serie de buenas prácticas estrechamente vinculadas a los valores de convivencia y solidaridad, valores clave en un país con 18 confesiones religiosas.

Para más información: info@ordredemalteliban.org