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Discurso del Gran Maestre ante el cuerpo diplomático

Discurso del Gran Maestre ante el cuerpo diplomático
12/01/2010

El Gran Maestre de la Orden de Malta, Frey Matthew Festing, recibió esta mañana, en la Villa Magistral del Aventino, a los Embajadores de los 104 países acreditados ante la Orden, para la ceremonia tradicional de principios del Año Nuevo.

A continuación, el discurso del Gran Maestre.

Señor Decano, Excelencias, Damas y Caballeros,

Es para mí un placer dar la bienvenida a los miembros del Cuerpo diplomático acreditado ante la Soberana Orden de Malta, con ocasión de esta ceremonia tradicional de comienzo del nuevo año. Quisiera agradecer sinceramente las amables palabras que el Embajador de Honduras, Valladares Lanza, me ha dirigido en calidad de Decano del Cuerpo Diplomático. Especialmente doy la bienvenida a los embajadores que asisten hoy por primera vez a esta ceremonia.

En este principio de año, cuando el mundo se enfrenta a situaciones particularmente dolorosas, la Orden de Malta reafirma una vez más su compromiso centenario en ayuda a los necesitados, siguiendo las enseñanzas de Su Santidad el Papa Benedicto XVI consignadas recientemente en su excepcional encíclica “Caritas in Veritate”: un llamamiento a los hombres de buena voluntad, para que desarrollen un humanismo integral sobre la base del respeto a la vida humana, para que aporten su asistencia a todos los desamparados, en especial los más pobres y los abandonados por la sociedad, para que practiquen una caridad iluminada por la razón y la fe.

Un acontecimiento de importancia para la Orden en 2009 fue el nombramiento, por parte de Su Santidad el Papa Benedicto XVI, del arzobispo Paolo Sardi, vicechambelán de la Santa Iglesia Romana, como nuevo Pro patrono de la Orden. El arzobispo Sardi sucede a nuestro querido cardenal Pio Laghi, que recordamos esta tarde en el primer aniversario de su reencuentro con Dios.

Una vez más quisiera expresar mi devoción filial al Santo Padre, que sigue iluminando estos tiempos adversos con la fuerza de sus palabras, con su ejemplo y sus enseñanzas.

El año 2009 ha sido especialmente enriquecedor para la diplomacia humanitaria. Junto con miembros del Gobierno de la Orden, tuve el honor de recibir en visita oficial a Sus Excelencias los Presidentes de Belarús, Polonia, Bulgaria, República Checa, República de Malta, y al Príncipe Soberano de Mónaco.

Fue también un honor recibir a los Presidentes del Senado canadiense, del Senado italiano y del Parlamento Croata, igual que el Vicepresidente del Parlamento húngaro, el Viceprimer Ministro de la República de Eslovaquia, y los Ministros de Asuntos Exteriores de la República del Salvador, de Belarús, de República Checa y de Georgia.

Más recientemente, una delegación del Gran Magisterio de la Orden fue recibida por Su Excelencia el Presidente de la República de Gabón.

En febrero realicé una visita oficial a Hungría, donde el cuerpo de primeros auxilios húngaro de la Orden de Malta cuenta con 900 trabajadores permanentes y 12.000 voluntarios y que, desde su creación en 1989, se ha convertido en la mayor organización de asistencia social en el país, con seis hospitales y centros sociosanitarios en nueve municipios.

Acudí también a la Comisión Europea en Bruselas y mantuve un fructífero encuentro con el Presidente de la Comisión, así como con el Presidente del Parlamento Europeo, la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea y el Secretario General de la OTAN. La Orden de Malta y la Comisión Europea han firmado un acuerdo de cooperación.

Quisiera felicitar de nuevo al Presidente de la Comisión Europea por su reelección, y transmitir mis mejores deseos al Presidente del Consejo de la Unión Europea y a la Alta Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, que han asumido recientemente sus funciones.

En junio, en respuesta a la invitación del Presidente de Hungría, tuve el honor de participar en las celebraciones organizadas con motivo del veinte aniversario de la caída del Telón de Acero en Budapest, uniéndome a los Presidentes de Alemania, Austria, Finlandia, Eslovenia, Suiza y Albania.

En octubre, tras una visita a Alemania y Estados Unidos, donde mantuve encuentros con nuestras asociaciones, realicé una visita oficial a Líbano, donde la Orden mantiene una presencia ininterrumpida desde 1953 y donde en la actualidad gestiona doce centros sociosanitarios y varios ambulatorios. La Orden ha firmado un acuerdo de cooperación con Líbano; hablaré en un momento del especial significado de esta visita.

Quisiera ahora recordar algunas de las principales intervenciones humanitarias de la Orden en 2009.

En el gran continente asiático, en Indonesia, la Orden de Malta prestó una asistencia inmediata a través de su cuerpo de ayuda internacional Malteser-International-es, tras el terremoto que asoló la isla de Sumatra en septiembre, y tras los tifones Ketsana y Parma que golpearon Filipinas y Vietnam al mismo tiempo. Frente a este impresionante encadenamiento de desastres naturales, el servicio de ayuda internacional de la Orden de Malta se dispuso inmediatamente a levantar refugios y a distribuir ayuda de emergencia en las zonas rurales aisladas. Miles de familias recibieron ayuda, así como los atrapados en las áreas más inaccesibles, que tuvieron asistencia médica. A petición del gobierno indonesio, seguiremos con el trabajo de reconstrucción tanto tiempo como nos sea posible.

La Orden estuvo también presente en Pakistán, donde un millón y medio de refugiados tuvieron que abandonar sus hogares debido a los conflictos entre el ejército y los talibanes.

En el norte de Sri Lanka la Orden auxilió a los refugiados internos, forzados por la guerra civil a refugiarse en “campamentos de tránsito”. Repetidamente hemos apelado a las autoridades gubernamentales para que nuestros trabajadores puedan acceder a los campamentos, donde los refugiados carecen del acceso a la asistencia y la atención sanitaria más elementales.

La Orden de Malta ha hecho suyo el vínculo existente entre la protección del medio ambiente y la paz en el mundo. En este contexto, los programas sociosanitarios que la Orden lleva a cabo en Camboya, India, Indonesia, Myanmar, Pakistán y Sri Lanka incluyen una formación para que las poblaciones aprendan a proteger su suministro de agua, y comprendan los efectos del cambio climático en sus vidas. El acceso al agua potable es una de las maneras más importantes de prevenir el contagio de enfermedades, en particular en los países en vías de desarrollo.

Me gustaría igualmente mencionar nuestro trabajo en África. En Kenya y en la República Democrática del Congo, adónde me desplazaré el mes que viene, la Orden cuenta con un importante programa de asistencia en materia de salud. En el este del Congo, en especial, seguimos tratando las heridas físicas y psicológicas que ha dejado la guerra en más de 30.000 víctimas inocentes, principalmente mujeres y niños.

Proseguimos la intensa campaña de vacunación para bebés en Sudán, donde más de 22.000 madres y niños han podido beneficiarse de nuestros programas de nutrición y asistencia. Aquí también, como en otros 35 países africanos, la Orden trabaja para prevenir las epidemias de tuberculosis, malaria y Sida, desgraciadamente las primeras causas de muertes en el continente.

En conclusión, paso ahora al país más cercano, Italia, y me gustaría señalar el hecho de que después del devastador terremoto de Los Abruzos el 6 de abril de 2009, el Corpo Militare y el cuerpo de emergencias de la Asociación italiana de la Orden de Malta actuaron con rapidez, en colaboración con el Departamento de defensa civil del gobierno italiano.

En L’Aquila dos campamentos les fueron confiados y más de 850 de nuestros voluntarios italianos, a los que se sumaron otros de nuestras asociaciones alemana, francesa y austriaca, pudieron asistir a más de 1.000 desplazados.

Yo mismo visité L’Aquila en varias ocasiones entre abril y septiembre, y quedé impresionado por la rápida intervención, la eficacia y la profesionalidad de las autoridades italianas.

Quisiera también elogiar la generosidad, disponibilidad y eficacia demostradas por los miembros de cuerpo militar italiano de la Orden (auxiliar del Ejército italiano) y del cuerpo de emergencias de la Orden.

Por otra parte, nuestras magníficas relaciones bilaterales con Italia quedaron confirmadas durante mi encuentro con el Presidente del Senado, Su Excelencia Renato Schifani, en el Palazzo Giustiniani, y por los numerosos acuerdos bilaterales y las iniciativas conjuntas que desarrollamos en el sector de la gestión sanitaria y hospitalaria, a través de la Asociación italiana de la Orden y en cooperación con el Departamento italiano de defensa civil y los guardacostas de la Marina italiana.

Con un espíritu de solidaridad universal que trasciende las diferencias políticas y un espíritu de diálogo religioso, la Orden de Malta sigue desplegando sus esfuerzos en Oriente Medio, una región donde tantas raíces históricas tiene.

Recientemente celebramos el vigésimo aniversario de nuestro hospital materno de Belén. El Hospital de la Sagrada Familia, financiado por las Asociaciones nacionales de la Orden y gracias a donativos especiales de los gobiernos belga y estadounidense, ofrece una atención de gran calidad a bajo coste a las madres palestinas. Pero sobre todo, quisiera reseñar que la gran mayoría de los 47.000 bebés nacidos allí desde su inauguración son de familias musulmanas.

Ahora, sobre la reciente visita que realicé a Líbano: tuve la ocasión de mantener largas e interesantes conversaciones con el Presidente y las más altas autoridades del país, así como con los 17 líderes de las comunidades religiosas.

Tuve igualmente el privilegio de visitar algunos de nuestros centros sanitarios que, del valle de Bekaa al norte, a la frontera israelí en el sur, atienden a cientos de miles de enfermos cada año. La imagen que me traje conmigo es la de los numerosos médicos y enfermeros musulmanes que trabajan en nuestros centros, vestidos como lo manda la tradición islámica, y portando orgullosos sobre sus pechos la cruz de ocho puntas de la Orden de Malta.

Aún más reseñable es la asistencia sociosanitaria que ofrece la Orden en colaboración con una fundación humanitaria chiíta, con la que llevamos años atendiendo a los necesitados. Consideramos que ésta es la señal más tangible de que la convivencia civil y la solidaridad entre los distintos elementos de un país son posibles.

En este espíritu, seguiremos con gran interés el trabajo de la Asamblea especial del Sínodo para Oriente Medio que ha convocado el Papa para el próximo mes de octubre, donde se debatirán las actividades futuras de la Iglesia católica en la región y la misión de “comunión y testimonio” de los cristianos orientales.

La cooperación entre los distintos países y civilizaciones del Mediterráneo será también telón de fondo del viaje que el Santo Padre tiene previsto realizar a la República de Malta en abril, siguiendo los pasos de San Pablo, y también, en gran parte, la historia de la Orden.

Para concluir este breve resumen, me gustaría mencionar que la Orden de Malta ha tenido recientemente la oportunidad de lanzar un llamamiento a la comunidad internacional, al tomar la palabra ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El Gran Hospitalario de la orden, nuestro Ministro a cargo de la cooperación internacional y sanitaria, expuso la visión de la Orden sobre la cuestión, tan de actualidad, de la “protección de civiles en conflictos armados”. Obviamente, nuestra visión y nuestras recomendaciones vienen de la experiencia adquirida por nuestros miembros y nuestro personal humanitario, en particular en África y Asia.

Una ocasión excepcional, que permitió llamar la atención del Consejo de Seguridad sobre las atrocidades cometidas contra civiles durante conflictos. Los civiles han sido a menudo utilizados como escudos humanos en enfrentamientos desequilibrados en Irak, Afganistán y la Franja de Gaza, o, como en el este del Congo, son víctimas de “violaciones y mutilaciones sistemáticas” como “táctica preferente de las milicias”. En Oriente Medio, han sufrido bombardeos indiscriminados, minas antipersona y bombas de racimo.

Señalamos también que los campos de refugiados han sido objetivo de incursiones militares y que los trabajadores humanitarios “se han convertido en objetivos deliberados o víctimas accidentales de dichos ataques”. Esto ha sucedido en Darfur y Afganistán, donde tres de nuestros trabajadores fallecieron, mientras que a otros se les impidió el acceso a los campamentos de Sri Lanka. Estas acciones violan los principios básicos del derecho internacional humanitario, incluyendo la Cuarta Convención de Ginebra, principios que deberían ser universalmente vinculantes. Por ello la Orden pide que aquellos que violan estas normas, tanto los ejecutores como los instigadores, sean perseguidos, y que las violaciones que no puedan juzgar los Estados miembros en el curso ordinario de su derecho nacional sean remitidas a la Corte Penal Internacional.

Esperemos que este llamamiento no caiga en oídos sordos y encuentre una aplicación práctica. La Orden, por su parte, seguirá ofreciendo su apoyo a la campaña a favor del desarme, la no proliferación nuclear y, cuando los gobiernos así lo soliciten, su mediación y negociación en conflictos.

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Señor Decano, Excelencias, Damas y Caballeros,

Me gustaría transmitir a los Jefes de Estado, a los Gobiernos y a los Pueblos que ustedes representan mis mejores deseos de paz y serenidad para 2010, y desearles a ustedes y sus familias un muy feliz Año Nuevo.