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La Orden de Malta recibe al cuerpo diplomatico acreditado

La Orden de Malta recibe al cuerpo diplomatico acreditado
17/01/2005

El 11 de enero tuvo lugar, al interno de Villa Malta en Roma, el tradicional encuentro entre la Soberana Militar Orden de Malta y los Embajadores de los 93 países con los cuales la Orden mantiene relaciones diplomáticas. La audiencia – en presencia del Gran Maestre Frey Andrew Bertie – constituyó la ocasión para resumir las actividades y las principales intervenciones humanitarias llevadas a cabo por la Orden de Malta durante el año que acaba de concluir.

A continuación se presenta el texto del discurso pronunciado por el Gran Maestre:

Señor Embajador, aprecio vivamente los deseos que ha tenido a bien expresar al comienzo de este año en nombre del Cuerpo Diplomático acreditado ante la Orden; y a la vez les transmito calurosamente mis mejores votos a todos ustedes, a sus familiares, y a los Estados que representan.

Le agradezco en modo especial los nobles sentimientos y el gran aprecio que ha manifestado […]

Al inicio de este año, nuestro pensamiento fue profundamente marcado por la espantosa catástrofe que se abatió sobre la India, Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, catástrofe que ha alcanzado una dimensión que yo calificaría de universal y que expone a las poblaciones, ya duramente afectados, a los riesgos de epidemias. Cuando la comunidad internacional y las numerosas organizaciones humanitarias se movilizaron para formar una gran obra de solidaridad, la Orden de Malta entró en acción inmediatamente en la India y en Tailandia a través del Cuerpo de Emergencia Internacional de la Orden de Malta, distribuyendo víveres, ropa y medicamentos, así como llevando asistencia sanitaria a las víctimas al mismo tiempo que la Orden está evaluando las necesidades en Sri Lanka e Indonesia, así como en Kenia y en la costa oriental de África.

Permanecemos muy cerca de estas poblaciones con el afecto y con la oración y, dicho esto, me dirijo de modo particular a Su Excelencia el Embajador de Tailandia. Pensamos especialmente en los heridos y en las personas desamparadas, y confiamos las innumerables personas que perdieron la vida a la misericordia divina.

Pero tenemos otros motivos de inquietud, que provienen de los sucesos producidos en la escena internacional a lo largo del año pasado. En efecto, si en Afganistán la situación parece haberse mejorado después de la elección del Presidente Karzai, en Irak el terrorismo no conoce tregua, y muchos civiles y militares iraquíes, además de numerosos militares de las fuerzas de coalición, perdieron la vida. Esperamos que el nuevo Presidente logre devolver la tranquilidad a este país. En el Medio Oriente, con el pensamiento dirigido en particular a Tierra Santa, esperamos vivamente que el año 2005 vea un auténtico progreso en las negociaciones entre Israelíes y Palestinos con objeto de poner en marcha un proceso de pacificación real.

Como ustedes saben, en Europa, los gobiernos aprobaron en otoño un Tratado Constitucional que traza un camino común y admite una serie importante de derechos y de deberes para los países miembros. El Tratado representa un adelanto, de excepcional importancia, hacia el camino de la paz. Desgraciadamente, a pesar de los esfuerzos de ciertos países, no ha sido posible incluir en el preámbulo del Tratado la referencia a las raíces cristianas de Europa; esta grave omisión nos ha entristecido grandemente.

En un contexto internacional, donde las sombras sustituyen decididamente a las luces, nuestra Orden, fiel a su línea inspiradora del obsequium pauperum y del tuitio fidei, prosigue con su compromiso en las diversas regiones del mundo, en el campo sanitario y humanitario, que, bajo la atenta dirección de nuestros Prioratos y Asociaciones Nacionales, y con la ayuda de nuestras Misiones Diplomáticas, representa un motivo de orgullo para nuestros caballeros y damas.

En 2004, dirigimos con notable éxito una campaña de inmunización de niños contra la poliomielitis en la región norte de Darfour en Sudán, y colaboramos con los servicios de urgencia y de maternidad suministrando medicamentos y bienes de consumo a unas 45.000 personas. En la República Democrática del Congo, la Orden proporcionó, a través de uno de sus equipos médicos especializados, asistencia a las estructuras médicas locales en Bukavu y en otros 29 centros médicos, concentrando su acción en el tratamiento médico y psicológico de las víctimas de abusos sexuales. En el sur de Irán, después del temblor de tierra asolador que golpeó Bam, el Cuerpo de Emergencia Internacional de la Orden de Malta dirigió un proyecto de reconstrucción de la ciudad levantando estructuras sanitarias y colegios. En Kenia, la Orden concentró sus intervenciones en el tratamiento de la tuberculosis y en el control preventivo del SIDA, proporcionando material médico al Hospital Santa Maria de Nairobi. En la Maternidad de Belén, donde acuden mujeres de todas las confesiones religiosas, nació el niño número 30.000 el año pasado. Y naturalmente, los diferentes programas de asistencia sanitaria en curso hace muchos años en varios países de los 5 continentes continúan desarrollándose con la misma intensidad.

Estoy muy impresionado por el conjunto de estas adhesiones individuales a nuestras intervenciones humanitarias y quisiera dirigir un pensamiento emotivo y agradecido a la memoria de los 2 jóvenes voluntarios del Cuerpo de Emergencia Internacional de la Orden de Malta, víctimas de conflictos armados en Afganistán.

Igualmente, quiero expresar mi más afectuoso agradecimiento a nuestros caballeros y damas, y a los voluntarios que han desempeñado su servicio humanitario con un espíritu digno de elogio, incluso a menudo en situaciones peligrosas.

A lo largo del año, los contactos y encuentros al más alto nivel político, naturalmente, no han faltado; estos contactos y encuentros han sido posibles gracias a la valiosa colaboración de las Representaciones diplomáticas acreditadas ante la Orden, a las que dirijo mi más vivo agradecimiento, a la vez que a nuestra red diplomática en el extranjero. Con la Santa Sede, la relación privilegiada y ante todo espiritual, que mantenemos, fue resaltada por la audiencia que, según la tradición, se celebra anualmente con Su Santidad el Papa Juan-Pablo II con ocasión de la Fiesta de San Juan Bautista, en este caso el 22 de junio, durante la cual el Santo Padre quiso señalar y alentar la acción ejemplar de la Orden en el mundo. La Cancillería de la Orden se honra, por su parte, de colaborar estrechamente con la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Una ejemplo reciente de esta relación fue la visita al Palacio Magistral de Su Eminencia el Cardenal Secretario de Estado Angelo Sodano, acompañado por su sustituto, Monseñor Leonardo Sandri y por el Secretario para las Relaciones con los Estados, Monseñor Giovanni Lajolo.

De los encuentros con altas personalidades que tuvieron lugar a lo largo del año 2004, podemos mencionar la visita del Presidente de la República Eslovaca, S.E. Rudolf Schuster; la visita del Presidente de Malta, S.E. Guido de Marco y del nuevo Presidente, S.E. Edward Fenech Adami; la visita del Ministro de Asuntos Exteriores de Croacia, Dr. Miomir Zuzul; la visita del Presidente de Rumania, S.E. Ion Iliescu; la visita del Presidente de Paraguay, S.E. Nicanor Duarte Frutos; la visita de S.A.R. la Princesa Chakri de Tailandia; así como la visita oficial que realicé a Hungría, donde fui acogido afectuosamente por el S.E. Ferenc Madl.

A lo largo del año pasado, la Orden de Malta fue admitida en calidad de Observador Permanente ante la Unión Latina. Además, el Plan de Desarrollo previsto en el Acuerdo-Marco suscrito en el 2000, fue firmado con la Agencia Española de Cooperación Internacional.

En lo que se refiere a la vida interna de la Orden, debo mencionar de modo muy particular la celebración en Malta, en enero de 2004, del Seminario Internacional sobre la Espiritualidad y las Estrategias de la Orden, durante el cual se hizo una revisión de los diferentes sectores de actividades de la Orden, que fue un gran éxito.

Las relaciones con la República Italiana vieron en el curso del año pasado una fase de intensa y creciente colaboración. El Acuerdo relativo a las Relaciones Sanitarias, hecho ley del Estado Italiano en agosto de 2003, entró en su fase ejecutiva con el pleno apoyo de los Ministerios Italianos de Asuntos Exteriores y de Sanidad, así como de las estructuras regionales. La dimensión de este acuerdo es notable dado que reconoce la igualdad de trato a la red sanitaria de la Asociación de Caballeros Italianos de la Soberana Orden de Malta respecto a las estructuras públicas italianas. En este contexto, hay que hacer mención especial al compromiso y al trabajo realizado por los comisarios magistrados en el Hospital San Juan Bautista de la Magliana en Roma, que han sabido dirigir una obra de renovación considerable de este centro que acoge a 200 enfermos.

Junto a la actividad sanitaria, la Asociación de Caballeros Italianos, gracias al Cuerpo Italiano de Socorro de la Orden de Malta, ha dado un nuevo impulso a las actividades de protección civil, cuya gran utilidad es apreciada con gratitud y agrado por el Departamento de la Protección Civil de la República Italiana. En octubre, firmamos igualmente con Italia un acuerdo-marco en el campo de la cooperación con los países en desarrollo.

Fue durante este mismo año que tuvo lugar, el 3 de noviembre, la firma de un Convenio postal con Italia. Hemos firmado convenios postales con otros 50 Estados; este acuerdo con la República Italiana representa una nueva etapa en el desarrollo de las actividades filatélicas de la Orden.

Yo quisiera terminar recordando, acerca de las relaciones con Italia, que en 2004 tuvimos el placer de recibir en nuestro Palacio Magistral las visitas del Alcalde de Roma, el Honorable Walter Veltroni; el Presidente de la Cámara de los Diputados, el Honorable Pier Ferdinando Casini; y el Ministro de Asuntos Exteriores, el Honorable Franco Frattini.

Señor Decano, Excelencias, Señoras y Señores,

deseando nuevamente prosperidad y bienestar a todos ustedes, a sus familias, y a los países que representan tan dignamente, terminaré expresando el deseo, en plena comunidad espiritual con el llamamiento enviado por Juan Pablo II para el Día de la Paz 2005, que la esperanza no nos abandone jamás en la promoción de la Paz y de la Justicia, seguros de … “que el mal no prevalecerá jamás, y que el amor es la única fuerza capaz de conducir a la perfección personal y social”.