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Myanmar: un año después de las masacres, los refugiados rohinyá siguen en situación desesperada

Los equipos de Malteser-International-es trabajan sobre el terreno en Bangladesh
Myanmar: un año después de las masacres, los refugiados rohinyá siguen en situación desesperada
28/08/2018

Rajuma no tiene más de 30 años, pero ya ha pasado por los peores horrores imaginables. Esta mujer de la etnia rohinyá de Myanmar es una superviviente de la brutal masacre que asoló su pueblo, Tula Toli, el 30 de agosto de 2017. Según varios testigos presenciales, 300 personas fueron asesinadas, entre ellas muchas mujeres y niños. Rajuma perdió a toda su familia en la masacre, salvo uno de sus cinco hijos. Juntos, se unieron a los cientos de miles de rohinyá que escaparon a Bangladesh, un éxodo masivo que se ha convertido en la crisis de refugiados más acuciante del mundo. ACNUR, el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados, afirma que, desde que empezaron los ataques el 25 de agosto de 2017 y hasta el 15 de agosto de 2018, 723.000 rohinyá han huido a Bangladesh.

El pueblo de Rajuma quedó completamente destruido. Los desgarradores relatos de supervivientes revelan que las familias fueron separadas a la fuerza, los maridos de sus esposas y los niños de sus padres. Hubo ejecuciones brutales de adultos y niños, algunos quemados vivos, otros asesinados a tiros. Muchas mujeres y chicas jóvenes fueron violadas repetidamente, y después asesinadas.
A su llegada a Bangladesh, Rajuma recibió tratamiento para sus graves quemaduras, que tardaron tres meses en curar y dejaron profundas cicatrices en su cuerpo. En su mente, fue la brutal pérdida de su familia la que dejó cicatrices indelebles. Escapó con vida, pero con un grave traumatismo: Rajuma revive permanentemente los horribles recuerdos de su pérdida.

Malteser-International-es, la agencia de ayuda internacional de la Orden de Malta, respondió inmediatamente a la llegada masiva de refugiados rohinyá a Bangladesh. Sus equipos operan actualmente tres centros de salud en los campos de refugiados de Cox’s Bazar, donde ofrecen atención médica básica, nutrición terapéutica para niños desnutridos y apoyo psicosocial, así como formación en higiene y salud. Más de 60.000 personas han recibido ya tratamientos que han salvado sus vidas desde el principio de la operación.
El 25 de agosto marcó el primer aniversario del inicio de los ataques contra los rohinyá y la crisis de refugiados consiguiente. Un año después, los campos están todavía abarrotados y la población refugiada depende casi completamente de la ayuda exterior. La llegada de la estación de lluvias no ha hecho más que empeorar la situación. Mientras, Naciones Unidas ha declarado que los militares en Myanmar deberán ser investigados por el genocidio en el Estado de Rakhine.