El Gran Canciller de la Soberana Orden de Malta, Albrecht Boeselager, se ha dirigido a la 46ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que ha dado comienzo el 22 de febrero en Ginebra. Expresando su profunda gratitud por los esfuerzos del Consejo para proteger la dignidad humana, Albrecht Boeselager ha subrayado los múltiples desafíos a los que se enfrentan los actores humanitarios en la situación actual de pandemia. «La pandemia de covid-19, con sus efectos devastadores para la salud y la economía de numerosos países, se añade a las tensiones y conflictos globales, los crecientes problemas de hambrunas, la degradación medioambiental, la crisis de los refugiados y los que huyen de la guerra, del terrorismo y del hambre, y las muchas formas de violencia que humillan y ofenden la dignidad humana». A este respecto, Boeselager ha señalado: «Una distribución rápida y generalizada de las vacunas es un imperativo no solo ético, sino también científico y sanitario, puesto que es la mejor herramienta para detener la pandemia».
El Gran Canciller ha expresado su inquietud por la violación constante de los derechos humanos en muchos lugares del mundo, desde el Cuerno de África hasta la región del Cáucaso, y en la Siria asolada por la guerra: «La protección de los derechos de las minorías, a menudo víctimas de discriminación y persecuciones, sigue siendo esencial, en estos momentos en que la lógica del poder, el nacionalismo y el populismo crecen en detrimento de la lógica del diálogo», ha afirmado, refiriéndose también a la «emergencia migratoria en el sureste de Europa y el vergonzoso maltrato al que son sometidos los migrantes en campos de refugiados descuidados y deplorables, con el objetivo de desincentivar la llegada de otros migrantes».
Exponiendo las actividades de la Orden de Malta de asistencia a refugiados y migrantes en su recorrido, Boeselager ha resaltado la necesidad de desarrollar enfoques transnacionales sobre la base de valores compartidos. En este ámbito, la labor de las organizaciones de inspiración religiosa puede ser particularmente eficaz: «En situaciones de violación masiva de los derechos humanos, los primeros en responder y los más fiables para la población local son, a menudo, las organizaciones de inspiración religiosa. La Orden de Malta, con su larga experiencia en intervenciones en zonas afectadas por violencia étnica o religiosa, apela a un diálogo interreligioso estrecho, como herramienta esencial para ayudar a las víctimas en estas situaciones».
La Orden de Malta ha redactado el documento Religions in Action, basado en los principios clave compartidos por las religiones monoteístas, con la contribución de un grupo de expertos religiosos seleccionados, cristianos y musulmanes. El documento establece directrices sobre el papel que pueden desempeñar las comunidades religiosas y las instituciones religiosas para el respeto de los derechos humanos y para ayudar a resolver las situaciones de crisis y mitigar su impacto sobre las comunidades implicadas.