Soberana y Militar Orden
Hospitalaria de San Juan de
Jerusalén de Rodas y de Malta

La Basílica de San Pedro vista por el ojo de la cerradura

Order of Malta keyhole Buca della Serratura Aventino

Es una de las vistas más evocadoras e insólitas de toda Roma la que se puede admirar desde el ojo de la cerradura del número 3 de la Piazza Cavalieri di Malta. A cualquier hora del día o de la noche, romanos y turistas hacen cola para poder acercar un ojo a la puerta de entrada de la Villa Magistral, sede institucional de la Soberana Orden de Malta.

Desde el portal monumental, en lo alto de la colina del Aventino, se puede disfrutar de una de las vistas más fascinantes de la Basílica de San Pedro. Enmarcada por un espeso seto de laurel, la cúpula diseñada por Miguel Ángel Buonarroti da la ilusión, a través del ojo de la cerradura, de ser más grande y, por tanto, de estar más cerca.

No es seguro que la vista sea obra de Giovanni Battista Piranesi, uno de los grabadores y arquitectos más famosos de su época, que mandó construir el portal monumental en 1765 y rediseñó la Piazza Cavalieri di Malta, tal y como la vemos hoy. Es difícil imaginar que sea pura coincidencia. Lo cierto es que antes de la intervención de Piranesi, dos hileras de árboles ya enmarcaban la cúpula como un cuadro. Fue Piranesi quien hizo sustituir los árboles por laurel, creando el efecto «telescopio». De hecho, si uno camina desde la puerta hacia la cúpula, ésta parece alejarse en lugar de acercarse.

Decorada con trofeos de guerra alusivos a las hazañas y a la historia de los Caballeros de Malta, la pequeña plaza del siglo XVIII que hace las veces de antesala de la Villa es la única obra arquitectónica, además de la Iglesia de Santa María de Aventino, del genio artístico de Piranesi. Un ejemplo casi único en Roma de un entorno urbano rococó. El ojo de la cerradura es también el único punto de observación en el que es posible contemplar tres Estados en una sola mirada: la Ciudad del Vaticano en la distancia, Roma e Italia en el centro, y los jardines de la Villa, que gozan del derecho de extraterritorialidad.

La Soberana Orden de Malta es propietaria de este lugar desde 1312. En el año de la disolución de la Orden de los Templarios, sus propiedades en numerosos países europeos pasaron a la Orden de San Juan.

Sede de la representación del Gran Maestre y del gobierno de la Orden de Malta desde 1834, la Villa es también la sede histórica del Gran Priorato de Roma desde el siglo XVI y acoge la embajada de la Soberana Orden de Malta ante la República Italiana.