Hungría y la Orden de Malta conmemoran el papel de la Orden en apoyo a los refugiados de Alemania del Este. Mensajes de Angela Merkel y Frey Matthew Festing.
El 14 de agosto de 1989 el servicio de ayuda húngaro de la Orden de Malta erigió, en los jardines de la iglesia parroquial de Zugliget en Budapest, el primer campo de refugiados que acogería decenas de miles de refugiados de Alemania del Este huidos a Hungría. Durante un intenso periodo de más de tres meses, el servicio de ayuda atendió a casi 47.000 refugiados. El evento, conocido como el Día de la Bienvenida, se conmemora cada año.
En la inauguración de las celebraciones por el 25º aniversario, el padre Imre Kozma, presidente y fundador del servicio de ayuda húngaro de la Orden de Malta, ha recordado cuando, con la baronesa Csilla von Boeselager, recibió la petición de la embajada de Alemania del Este de que acogieran a refugiados. “Hungría provocó la admiración del mundo en 1989; los húngaros tenían líderes con el valor suficiente para asumir riesgos, y sus decisiones fueron el único atisbo de esperanza para los refugiados”, ha señalado.
La canciller alemana Angela Merkel y el Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta Frey Matthew Festing han enviado mensajes de apoyo a esta labor vital. Angela Merkel ha alabado el trabajo del servicio de ayuda húngaro de la Orden de Malta, y ha agradecido al padre Imre Kozma y su equipo la ayuda que prestaron en 1989 a los refugiados de Alemania del Este, señalando también la gratitud de su país con los húngaros, por haber contribuido a la unidad de Alemania.
El Gran Maestre Frey Matthew Festing ha manifestado el orgullo de la Orden de Malta por haber participado activamente en lo que llegó a ser un capítulo esencial en la historia de Europa – y no sólo ya de Europa, sino del mundo entero. Igualmente, ha felicitado al servicio de ayuda húngaro de la Orden por sus actividades, que sigue con gran interés.
El evento de conmemoración, de dos días de duración, ha incluido también una mesa redonda con testigos que estuvieron en el campo hace 25 años, una exposición de documentos históricos, un concierto y una misa celebrada por el cardenal arzobispo Peter Erdő y el padre Imre Kozma.
