Mientras los casos de covid-19 siguen aumentando en Siria, los kits de análisis y el oxígeno empiezan a escasear y las organizaciones de ayuda piden un alto el fuego para proteger a los civiles. Desde principios de agosto, el número total de casos de covid-19 en el noroeste de Siria han aumentado más del doble, y el número de casos diario se ha multiplicado por diez. En la actualidad, más de uno de cada dos análisis da resultado positivo; los hospitales están alcanzando su máxima capacidad y el personal sanitario está al límite. Por otra parte, sólo un 2% de la población ha sido vacunada.

Malteser-International-es, la organización de ayuda internacional de la Orden de Malta, trabaja en el país desde el comienzo del conflicto en 2011, principalmente apoyando a los hospitales, centros de salud y unidades médicas móviles. A raíz de la pandemia ha ampliado sus programas para frenar la tasa de infección, organizando y coordinando campañas de información sobre vacunación y distribuyendo 300 concentradores de oxígeno y equipos de protección a 75 centros sanitarios.

La situación es especialmente dramática en los campos de refugiados, donde las personas que se han visto obligadas a huir de sus hogares tienen dificultades para seguir las medidas de seguridad como el distanciamiento, el lavado de manos o el uso de mascarillas.

Desde el comienzo del conflicto sirio, Malteser-International-es ha ofrecido ayuda de emergencia a los sirios necesitados. Además de distribuir productos esenciales como mantas, colchones y artículos de higiene, Malteser-International-es garantiza el suministro adecuado de agua, el saneamiento, la higiene dentro de los campamentos y el apoyo psicosocial.