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Chile: un mes después del terremoto la Orden de Malta prolongará su labor humanitaria durante un año

Chile: un mes después del terremoto la Orden de Malta prolongará su labor humanitaria durante un año
30/03/2010

Un mes después del devastador terremoto y el posterior tsunami que asolaron Chile, Malteser-International-es, en colaboración con la Asociación chilena de la Orden de Malta y el Cuerpo de Ambulancias de la fundación chilena Auxilio Maltés, sigue programando intervenciones para prolongar su labor humanitaria durante, al menos, otro año.

El pasado 27 de febrero, un seísmo de 8,8 grados en la escala de Richter con epicentro frente a la costa chilena se cobró cerca de 500 vidas y dejó sin hogar a medio millón de personas. En Chépica, un municipio de 140.000 habitantes situado 180km al sur de Concepción, el cuerpo de ayuda internacional de la Orden está brindando su apoyo a las pequeñas empresas en las tareas de reconstrucción de edificios y talleres. “Malteser-International-es considera también crucial ofrecer atención psicológica infantil puesto que, después del seísmo, el 70% de los niños tenía miedo de volver a la escuela” declaró Kathrin Meier, responsable de los proyectos de Malteser-International-es en Chile. Con este objetivo, Maite, psicóloga de “Auxilio Maltés”, se encargará de proporcionar tratamiento psicológico infantil durante los dos próximos meses y, además, se establecerá un servicio de atención plenamente equipado para personas con enfermedades respiratorias crónicas.

En Tubul, una localidad situada 60km al sur de Concepción, Malteser Internacional está ayudando a los pescadores que perdieron en el tsunami todos sus aparejos y, por consiguiente, su único medio para ganarse la vida. “El mar es parte de nuestra esencia y nosotros mismos somos parte del mar. La pesca no es sólo un trabajo, sino algo profundamente arraigado en nuestro ser” explicó Daniel, un pescador de uno de los pueblos más afectados del país, en el que prácticamente el total de sus 3.000 habitantes vive ahora en tiendas de campaña.

Justo después de que se produjera el terremoto, las unidades de la Orden de Malta iniciaron las labores de distribución de ropa, mantas, alimentos y pastillas para potabilizar el agua entre cerca de 1.000 personas afectadas por el seísmo y el tsunami.