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El Gran Maestre de la Orden de Malta recibe al cuerpo diplomático acreditado

El Gran Maestre de la Orden de Malta recibe al cuerpo diplomático acreditado
11/01/2012

Ayer el Gran Maestre Frey Matthew Festing recibió en audiencia al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Orden de Malta para desearles un feliz Ano Nuevo. La reunión se celebró en la Villa Magistral de la Orden de Malta en Roma.

A continuación, el discurso del Gran Maestre.




Señor Decano, Excelencias, Damas y Caballeros,

Es un placer para mí darles hoy la bienvenida a esta ceremonia tradicional de comienzo del nuevo año. Agradezco sinceramente las amables palabras con las que el Embajador Valladares Lanza, en calidad de Decano del Cuerpo Diplomático, me ha transmitido sus felicitaciones y su apreciación de la Orden de Malta y su milenaria misión hospitalaria.

Quisiera desearles lo mejor a todos ustedes, y dar una bienvenida especial a los embajadores de Chile, Hungría, Italia, Mali, la República Democrática del Congo, Eslovenia, Rumanía, El Salvador, Austria, Liberia, Tailandia, Colombia, Brasil, las Seychelles, Croacia y España, que presentaron este año pasado sus Cartas Credenciales.

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Durante el año 2011, tuve la oportunidad de realizar visitas oficiales a Rumanía, las Naciones Unidas en Ginebra, el Principado de Mónaco, Liechtenstein, San Marino y Chile; y tuve el gran placer de dar la bienvenida a importantes delegaciones oficiales de gobiernos extranjeros y de la Unión Europea en Roma, siempre con el objetivo de profundizar en nuestras relaciones de amistad y desarrollar nuestra cooperación mutua.

En este sentido, la Orden firmó en 2011 numerosos Acuerdos de Cooperación Internacional con Liberia, Marruecos, la República Dominicana, Kenia, y la Organización Mundial de la Salud, junto con el gobierno de Mali, para seguir fomentando la cooperación en proyectos hospitalarios y sanitarios. En el transcurso de mi visita de Estado a Chile, en noviembre, firmé un Protocolo de Acuerdo con el gobierno chileno para sellar nuestra adhesión a la Red de Ayuda Humanitaria, cuyo objetivo es establecer una coordinación eficaz y puntual de la ayuda humanitaria en caso de que el país se viera afectado por una situación de emergencia, como fue el caso en 2010.

La Orden participó el año pasado en dos eventos de júbilo para la Iglesia. El primero fue la celebración de la Beatificación de nuestro admirado Papa Juan Pablo II en mayo, a la que asistió una delegación de alto nivel de la Soberana Orden de Malta. El segundo fue el 60 aniversario del sacerdocio del Papa Benedicto XVI, en junio. Me gustaría aprovechar esta ocasión para expresar nuestro profundo respeto hacia su guía espiritual y moral, especialmente en estos tiempos difíciles.

En junio también, en nuestro país anfitrión se celebró el 150 aniversario de la Unificación italiana, y con este motivo tuve el gran placer de aceptar la invitación del Presidente de la República Giorgio Napolitano a participar en las celebraciones del día 2 de junio, festividad de la República. Nos enorgullecen los fuertes vínculos de cooperación que nos unen a la República italiana, y nos emociona la cálida acogida que siempre nos han reservado.

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Dado que con el fin de 2011 finalizó también el Año Europeo del Voluntariado, me gustaría reconocer el trabajo sin par que desempeñan los voluntarios en las iniciativas sociales de la Orden de Malta.

En Italia, celebramos el vigésimo aniversario de la firma del acuerdo mediante el cual 3.000 voluntarios del cuerpo de emergencias italiano de la Orden de Malta (CISOM) trabajan en la estructura italiana de Protección Civil. Su intervención más reciente tuvo lugar durante las graves inundaciones de Liguria y Toscana en octubre.

En Irlanda, el servicio de ambulancias de la Orden de Malta, fundado en 1938, es un actor principal en la formación en primeros auxilios, transporte en ambulancia y servicios comunitarios en la mayoría de las principales ciudades del país. El cuerpo de ambulancias está enteramente gestionado por 3.200 voluntarios, bajo la dirección de la Asociación irlandesa de la Orden.

En Austria, los voluntarios se encargan de las principales actividades de la Orden, como los servicios regulares de ambulancia o la asistencia a ancianos y discapacitados. El servicio de ambulancias fue gestionado en 2011 por 1.200 voluntarios.

En Alemania más de 35.000 voluntarios de la Orden de Malta trabajan con 30.000 empleados en 700 emplazamientos en todo el país. Todos los años ofrecen una asistencia médica, social y humanitaria a más de doce millones de personas en Alemania y en otros países, sobre todo en Europa Central y Oriental.

En Francia más de 13.000 voluntarios permanentes contribuyen al amplio abanico de intervenciones sociales en centros sociosanitarios y hospitales especializados en rehabilitación neurológica para niños discapacitados, enfermos de Alzheimer y personas sin hogar.

En Rumanía, Albania y Lituania, nuestro cuerpo de voluntarios celebró su vigésimo aniversario en 2011. Fundado inmediatamente después de la caída del telón de acero, ofrecen desde entonces una ayuda indispensable a las poblaciones de esos países.

El cuerpo de emergencias de la Orden en Hungría es una de las mayores organizaciones de beneficencia en el país, y fiel colaborador de las instituciones húngaras, con 5.000 voluntarios permanentes y 15.000 puntuales. Gestiona cerca de 200 organizaciones sociales y trabaja también en Protección Civil, con su propio equipo de ayuda a víctimas de desastres naturales, en Hungría y más allá.

He puesto el acento en el cuerpo de voluntarios de la Orden de Malta, pero hay muchos otros que suponen una gran diferencia ofreciendo su tiempo libre para ayudar a aliviar el sufrimiento y mejorar la vida de los más desfavorecidos.

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Dadas las grandes catástrofes naturales que han asolado países en África, Asia y Sudamérica en 2011, la Orden de Malta ha desarrollado muchos programas de ayuda de emergencia y de rehabilitación en sectores como el agua, el saneamiento y la higiene, así como la nutrición, en países como los del Cuerno de África, Paquistán, Sri Lanka, Camboya, Bolivia, Japón, República Democrática del Congo y Filipinas. Por otra parte, todos estos acontecimientos han puesto de relieve lo importante que es preparar a la población para dichas catástrofes; el servicio de ayuda internacional de la Orden de Malta trabaja activamente con las comunidades locales de Vietnam, Myanmar, Chile y Haití.

Pero en vez de ofrecerles una lista completa y global de intervenciones, que supongo ya les han expuesto a lo largo del año, quisiera resaltar algunos de nuestros proyectos más recientes, iniciados en 2011, cuyos resultados vendrán en los próximos años.

Primera iniciativa: Como señaló Su Santidad el Papa Benedicto XVI, la educación es un elemento importante en nuestro mundo actual tan secularizado; debemos formar en valores y ofrecer a los niños la esperanza de un futuro. La Orden de Malta ha decidido asumir este reto, vinculando la educación de los jóvenes con el compromiso con la acción humanitaria. Como resultado, la Asociación alemana ha asumido la responsabilidad de un instituto de educación secundaria con 1.200 alumnos en Willich, y pretende ocuparse de dos escuelas más en Westphalia y Rhineland en los próximos años.

Segunda iniciativa: En noviembre pasado se celebró la VIII Conferencia de las Américas de la Orden, organizada por nuestra Asociación peruana en Lima, con más de 200 delegados de 24 Asociaciones nacionales y 20 embajadas de la región. Allí se debatió la coordinación de nuestras acciones humanitarias y diplomáticas, y se decidió abrir una Oficina Regional en Miami, para poder coordinar y facilitar la ayuda de emergencia en el continente en caso de desastres naturales.

 

Tercera iniciativa: Detrás de las intervenciones de emergencia, más visibles, la mayor parte de las actividades de la Orden de Malta en el mundo se concentran en atender a los desfavorecidos, que ni son objeto de atención por parte de los medios de comunicación, ni figuran en los programas nacionales gubernamentales. Algunas de estas causas olvidadas son los ancianos, los niños perseguidos, abandonados o discapacitados, los refugiados, los intocables y los sin techo.

Para intensificar los esfuerzos de recogida de fondos y la concienciación con estas causas olvidadas en todo el mundo, hemos lanzado un nuevo vehículo internacional: el Fondo Global de la Orden de Malta para los Olvidados, que viene a apoyar a las redes locales de la Orden.

 

Cuarta iniciativa: En septiembre iniciamos relaciones diplomáticas con las Autoridades Palestinas, para garantizar la continuidad de las actividades de nuestro Hospital de la Sagrada Familia de Belén, pero también para ampliar nuestras acciones sociosanitarias con el desarrollo de nuevos proyectos sanitarios y programas generadores de ingresos. Está previsto el lanzamiento de un sistema de microcréditos, con el objetivo de reducir la pobreza y el éxodo rural y conseguir un desarrollo socioeconómico sostenible, salvaguardando así el valioso patrimonio multicultural de esta región.

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Como último punto, me gustaría compartir con ustedes algunos de nuestras reflexiones sobre el futuro de las operaciones humanitarias.

Dado que ha habido grandes operaciones humanitarias en Irak, Afganistán, Darfur, el Sahel y recientemente Haití, la resolución de crisis ha ido evolucionando y ahora tiene una incidencia decisiva sobre la relación entre fuerzas militares, diplomáticos y organizaciones humanitarias.

La implicación cada vez mayor de los medios de comunicación, las multinacionales, las empresas de seguridad privada y actores no gubernamentales, a menudo con objetivos diferentes, ha puesto de relieve la importancia de la cohabitación, cooperación e integración in situ de los distintos actores.

Al mismo tiempo, la ayuda humanitaria se enfrenta a retos planteados por nuevas fuerzas:

– La guerra ha pasado de ser un conflicto entre naciones a ser un conflicto interestatal, regional o civil;

– Las fronteras entre las operaciones militares y la asistencia humanitaria resultan cada vez menos claras;

– Las poblaciones civiles de los países afectados son las primeras víctimas de estas situaciones, junto con los trabajadores humanitarios;

– El derecho internacional humanitario y las convenciones internacionales ya no se respetan;

– Las crisis modernas son también la consecuencia de desastres naturales, inundaciones, sequías, migraciones, de la diversidad cultural y la mala gestión del agua;

– En muchos casos, la salida de la crisis depende de la continuidad de las estructuras educativas, culturales y científicas.

Algunos países occidentales han intentado encontrar solución a través de estrategias políticas, militares y humanitarias, cediendo cada vez más poder y activos financieros considerables a multinacionales y a ONG internacionales. Ha habido intentos de armonizar los esfuerzos, pero no se han llegado a desarrollar directrices generales, porque cada crisis es única.

Por tanto, es necesario encontrar un nuevo enfoque: mientras que el cambio de equilibrios entre organizaciones humanitarias, diplomáticos, civiles y fuerzas militares no es nada nuevo, los nuevos conceptos de “deber de intervenir” y “responsabilidad de proteger” han abierto la vía a lo que se ha dado en llamar “diplomacia humanitaria”.

 

Con este objetivo en mente, la Soberana Orden de Malta y la Marina francesa, que comparten las mismas preocupaciones, organizaron en la sede de la UNESCO en París, en enero pasado, una Conferencia sobre diplomacia humanitaria y gestión de crisis internacionales.

 

El objetivo de esta conferencia, a la que asistieron personalidades de peso del mundo militar, diplomático y de las instituciones civiles, era ayudar a definir las prácticas y la orientación que deberían aplicar los distintos actores sobre el terreno en una crisis humanitaria, y definir los objetivos y principios éticos de este tipo de despliegues.

De esta conferencia salieron importantes recomendaciones, que serán publicadas próximamente. Entre ellas, quisiera recordar lo que señaló durante el evento la Comisaria Europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva:

– Necesitamos más recursos financieros globales para la ayuda humanitaria, especialmente del sector privado y a través de asociaciones publico privados;

– Necesitamos mejorar la eficacia de la ayuda, reforzando el rendimiento y la capacidad del sistema humanitario, lo cual implica estar mejor preparados colectivamente para atender desastres de gran escala, mejorar el liderazgo y la coordinación sobre el terreno, y especialmente el papel de los coordinadores de Naciones Unidas y de su sistema de clúster;

– Necesitamos descompartimentar las áreas políticas en la gestión de desastres y crisis. ¡La gente debe salir de sus búnker!

Como todos sabemos, todo el mundo quiere coordinar pero nadie quiere ser coordinado.

Y me gustaría añadir lo que la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, tan pertinentemente señaló: nada simboliza mejor el respeto entre naciones que la manera en que un país trata el patrimonio cultural de otro país. Los ataques a símbolos culturales indican una escalada de la violencia. Aceleran la desintegración moral de las sociedades, porque pretenden atacar a las personas en lo que más profundamente aman. La destrucción de las estatuas de Buda en el Valle de Bamiyan en Afganistán, y la devastación de los museos de Kabul y Baghdad son sólo dos ejemplos.

Esta conferencia internacional, que reunió a más de 400 diplomáticos, militares y líderes humanitarios durante dos días en la sede de la UNESCO en Parías, ha sido esencial en la búsqueda común de unos principios directores para los distintos actores sobre el terreno. También ha mostrado hasta qué punto es urgente definir unos principios éticos, no sólo para las grandes agencias humanitarias, sino también para las fuerzas armadas, los políticos, los líderes religiosos, los empresarios, los líderes de opinión y la sociedad civil de las zonas en crisis.

Estoy convencido de que los países y gobiernos que representan ustedes, queridos embajadores, pueden ayudar en una gran medida a construir un “renovado consenso sobre los objetivos, las normas y los principios de la asistencia humanitaria”.

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Durante 2011 ha habido grandes cambios en la escena internacional, y algunos de ellos sólo se dejarán ver durante este año. Una vez más y lamentablemente hemos podido constatar durante las dos últimas semanas catástrofes naturales, inestabilidad económica, cambios políticos, violencia permanente por razones de etnia o religión; el rápido crecimiento poblacional nos va a exigir que trabajemos juntos para promover la paz y la estabilidad, reafirmando la importancia de la dignidad humana. Por ello quisiera concluir confirmando el deseo de la Soberana Orden de Malta de reforzar la cooperación internacional con sus gobiernos y autoridades locales.

Les agradezco el trabajo que desempeñan en servicio de sus respectivos países; permítanme concluir deseándoles lo mejor para este Nuevo Año a ustedes y sus familias, y la prosperidad y armonía de las naciones que tan fielmente representan.