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El cardenal Silvano Maria Tomasi, nombrado Bailío Gran Cruz de Honor y Devoción

«La Orden es como una planta antigua que sigue brotando»
El cardenal Silvano Maria Tomasi, nombrado Bailío Gran Cruz de Honor y Devoción
02/02/2021

El Lugarteniente del Gran Maestre Frey Marco Luzzago ha concedido hoy las insignias de Bailío Gran Cruz de Honor y Devoción al cardenal Silvano Maria Tomasi, C.S., delegado Especial del Papa ante la Orden de Malta.

La ceremonia se ha desarrollado en el Palacio Magistral, respetando las medidas de seguridad impuestas por las actuales restricciones sanitarias.

En el discurso de entrega de las insignias se ha recordado la larga trayectoria del cardenal, centrada en la atención a los más necesitados, en especial los migrantes. Nuncio apostólico en Etiopía, Eritrea y Yibuti y más tarde observador en la Unión Africana, el cardenal Tomasi ha sido también observador permanente de la Santa Sede ante Naciones Unidas en Ginebra y ante la Organización Mundial del Comercio. Más recientemente, ha participado en el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, antes de que el Papa Francisco le nombrase delegado especial ante la Orden de Malta el pasado 1 de noviembre. El cardenal Tomasi es capellán de la Orden de Malta desde 2007.

Agradeciendo al Lugarteniente del Gran Maestre y al Consejo Soberano este «gesto de estima, y más aún, de afecto», el cardenal Tomasi ha recordado que «las raíces históricas de la Orden de Malta son muy antiguas, pero la misión y el compromiso de sus miembros siguen revitalizando su acción. He podido comprobar en primera persona los numerosos ejemplos de estos servicios sobre el terreno y el diálogo concreto que se establece entre las distintas confesiones religiosas. La Orden es como una planta antigua que sigue brotando.»
«Hoy, la misión que el Santo Padre me ha confiado consiste en ayudar a la Orden a fortalecerse, a reforzar la unidad, a caminar sobre la vía trazada por un pasado glorioso, buscando al mismo tiempo responder mejor a la sensibilidad social y religiosa del mundo actual».
«Tengo fe, soy optimista», ha concluido el cardenal. «Se puede y se debe mirar hacia delante y construir un servicio ejemplar que, gracias a su testimonio, mantenga viva la llama del lema de la Orden: Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum. Caminemos sobre esa vía».

Han presenciado la ceremonia el Gran Comendador Frey Ruy Gonçalo do Valle Peixoto de Villas Boas, los miembros del Consejo Soberano y el prelado de la Orden monseñor Jean Laffitte.