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Luchando contra el virus en un mundo cambiante

Entrevista al comandante del Cuerpo Militar de la Asociación italiana, el general Mario Fine
Luchando contra el virus en un mundo cambiante
08/04/2020

El Cuerpo Militar de la Asociación italiana de la Orden de Malta tiene una larga experiencia en intervenciones en situaciones de emergencia. Especializado en medicina militar, no ha habido emergencia en Italia en la que no haya intervenido: dos guerras mundiales y una larga lista de terremotos e inundaciones. Gestionado desde hace más de un siglo en estrecha colaboración entre el Ejército italiano y la Orden de Malta, cuenta aproximadamente 500 miembros, en su mayoría voluntarios. Hablamos con el general de brigada Mario Fine, comandante del Cuerpo, sobre la labor del Cuerpo Militar durante la emergencia provocada por el coronavirus.

«Esta emergencia es radicalmente distinta a todas las que el Cuerpo ha tenido que afrontar en los últimos cuarenta años», afirma el general Fine. «Un terremoto, o un fenómeno natural violento, golpea normalmente una o varias regiones, pero no la totalidad del territorio nacional. Hoy no podemos intervenir desplazando personal y equipos al epicentro de la catástrofe: gestionamos una multitud de intervenciones de apoyo a las autoridades y a los ciudadanos en toda Italia».

¿Cómo vive esta nueva emergencia?

De repente, y a toda velocidad, hemos tenido que adaptar nuestro modo de trabajar contra este «enemigo invisible», aplicando las normas de seguridad previstas en estos casos. Debemos evitar a toda costa el riesgo de contagio entre nosotros, para no convertirnos, a nuestra vez, en víctimas de este virus. Estoy convencido de que después de esta experiencia deberá cambiar el formato de las intervenciones, probablemente invirtiendo más en logística, por ejemplo, adquiriendo unidades de campo ROLE 2, como las desplegadas en Crema, que se integrarían con las de otras organizaciones para poder poner a disposición del servicio público de salud muy rápidamente un gran número de camas.

¿Cuántas solicitudes de ayuda han recibido?

Muchísimas, realmente. Tenemos equipos en toda Italia que ayudan a las estructuras médicas locales, las prefecturas municipales y los centros operativos a gestionar la emergencia. Una de nuestras características es que disponemos de un gran abanico de competencias dentro del Cuerpo. No solo tenemos personal sanitario, sino también ingenieros, arquitectos, electricistas, carpinteros… En Lombardía, región especialmente afectada, una parte importante de nuestro personal ha prestado sus servicios en el hospital militar de Baggio y en el hospital de Gravedona. En el hospital de campo de Crema ha trabajado tanto personal sanitario como expertos logísticos. En varios municipios del país, del norte al sur, el personal del Cuerpo entrega medicamentos y bienes de primera necesidad a los ancianos y discapacitados recluidos en sus casas. Tenemos también actividades de control del territorio mediante drones, y cursos de formación para el personal militar, sobre cómo reducir el riesgo de contagio.

Mucha de la ayuda proporcionada es de tipo logístico

Por ejemplo, en el puerto de Génova, somos responsables de los almacenes y del reabastecimiento del barco hospital puesto a disposición por la región de Liguria para los enfermos de covid-19. Colaboramos con la delegación de la Orden de Malta en Liguria y con el cuerpo italiano de ayuda de la Orden, que participan aportando médicos y enfermeros para atender a los pacientes a bordo.

También está el hospital de la Orden de Malta en Roma

Allí controlamos el acceso al triaje previo al hospital. Después de los primeros casos de pacientes contagiados de coronavirus, el presidente de la Asociación italiana y la Dirección general del hospital

San Juan Bautista nos pidieron que aislásemos el centro. Se implantaron todos los procedimientos de seguridad pertinentes, y desde ese momento no se han producido más contagios.

¿Qué episodio se le ha quedado marcado?

Admiro profundamente a quien arriesga su propia salud para ayudar a los demás. Estoy escribiendo un diario para no olvidar nada de esta emergencia. Y desde luego no olvidaré a aquellos médicos que, en Crema, después de finalizar su turno en el hospital, se cambiaron y se pusieron el uniforme del cuerpo para seguir ayudando en los nuevos hospitales.