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Mensaje de Navidad del Lugarteniente del Gran Maestre

Mensaje de Navidad del Lugarteniente del Gran Maestre
23/12/2020

Estimados Hermanos y Hermanas, estimados voluntarios y simpatizantes de la Orden de Malta en todo el mundo,

Este año viviremos una Navidad muy diferente de todas las demás. Es, habitualmente, un momento de compartir y de pasar tiempo con nuestros seres queridos, especialmente los ancianos y los enfermos. Este año, la época navideña nos requiere renuncia y responsabilidad. Permitamos que el rayo de luz que llega de Belén nos ilumine.

Este año que dejamos atrás nos ha puesto frente a desafíos inimaginables. La pandemia de la covid-19 ha cambiado nuestros comportamientos, nuestro modo de vida, nos ha obligado a privarnos de la alegría de compartir momentos con nuestros más allegados.

La situación que vivimos requiere un esfuerzo individual. Nunca antes ha estado tan claro que el bien de todos depende de las acciones de cada uno de nosotros. Es nuestro deber proteger a los más frágiles, a los enfermos, los discapacitados, los ancianos: aquellos que más sufren en esta emergencia sanitaria. Nuestros pensamientos están pues con ellos, como el Papa Francisco ha pedido varias veces en los últimos meses. «Recemos hoy por los ancianos, especialmente por quienes están aislados o en los asilos de ancianos. Ellos tienen miedo, miedo de morir solos. Ellos son nuestras raíces, nuestra historia. Ellos nos han dado la fe, la tradición, el sentido de pertenencia a una patria».

La Navidad me da la oportunidad de expresar mi agradecimiento más sincero a todos, miembros, voluntarios y trabajadores de la Orden de Malta comprometidos en actividades de asistencia médica y social en Italia y en tantos países en todo el mundo. El espíritu de servicio, la profesionalidad y el entusiasmo que veo en los ojos de los numerosos voluntarios es para mí una fuente de orgullo. Como dije el día después de mi elección como Lugarteniente del Gran Maestre en noviembre, es mi deber honrar este encomiable compromiso.

Gracias a su valor y su fuerza, no han dejado solos a Nuestros Señores los Enfermos, en ningún lugar del mundo. He podido informarme, admirado, de su capacidad para adaptar muchos de nuestros proyectos a las nuevas necesidades provocadas por la crisis sanitaria. Con gran imaginación, han creado nuevos servicios para llevar la asistencia a través de las barreras físicas y geográficas. Pienso, por ejemplo, en las entregas de productos alimentarios y fármacos a los que están aislados o viven solos y están enfermos, o en el servicio de apoyo telefónico ofrecido por nuestros psicólogos.

Esta difícil situación se ve agravada por los sangrientos conflictos que siguen activos en muchas partes del mundo, desde Oriente Medio a África, donde la Orden de Malta sigue teniendo una fuerte presencia. La capacidad de dialogar y colaborar con personas de distinto credo y distintas tradiciones sigue siendo la más importante de las enseñanzas del fundador de la Orden de Malta, Frey Gerardo, cuyo fallecimiento hace nueve siglos hemos conmemorado este año.

Les deseo a todos ustedes y sus familias una muy feliz Navidad llena de paz y serenidad. Roguemos a Nuestro Señor que el nuevo año traiga renacimiento y esperanza a todos, especialmente a aquellos que se han visto afectados por las consecuencias de este virus y la consiguiente crisis económica.

Cordialmente,

Frey Marco Luzzago